martes, 14 de diciembre de 2010

¿SOSTENIBLE? LOS CAPITALISTAS MONARQUICOS, NO LO DESEAN.


Esto nos lleva directamente al asunto del desarrollo, la ecología y la sostenibilidad. Si vemos el planeta en su conjunto, el promedio de consumo mundial son 2.200 vatios per capita. Eso son 22 veces más de lo que el ser humano estrictamente necesita para sobrevivir. Pero está claro que consumiendo 2.200 vatios por persona en promedio, esta civilización industrial y capitalista no es sostenible, no es ecológica. Así pues ¿Cómo desarrollarla aún más, si con lo “desarrollada” que ahora mismo está, ya se está cargando el planeta? ¿Cuántas bombillas tenemos que apagar, voluntariamente y en promedio, para que los 6.100 millones que somos podamos seguir viviendo? ¿Quiénes son los que tienen que hacer el mayor esfuerzo y apagar más bombillas? ¿Y qué sucederá con esas presuntuosas y poderosas naciones industriales y desarrolladas si les toca apagar la mayor parte de sus consumos? ¿Lo permitirán, teniendo como tienen los ejércitos más poderosos y los medios de control económico y financiero del mundo?
Los gráficos publicados no engañan, al menos en órdenes de magnitud, pero los políticos engañan miserablemente a sus ciudadanías. A las opulentas, les interesa hacer ver como que no se dan cuenta o les interesa creer que unos signos superficiales de esfuerzo serán suficientes. Hay muchas organizaciones caritativas que viven de pedir el 0,7% del PIB de los ricos para los pobres. No es un 0,7%, ni siquiera un 7%. Esto sólo se nivela si los ricos ceden, y pronto, al menos el 70%.
Existe una organización, muy preocupada por el calentamiento global, las emisiones de gases y la contaminación, que propugnan lo que denominan “Contraction & Convergence”; esto es, que los ricos tienen que contraer sus crecimientos (es decir, que tienen que disminuir sus consumos) por una parte y por la otra, que deben hacer un esfuerzo de aproximación y disminución de las diferencias con los pobres, lo que significa un doble esfuerzo de ahorro y de decrecimiento planificado. Pero puesto en contacto con ellos y una vez se les presentan estas cifras sobre la mesa y se les pide que digan hasta qué nivel deben bajar los ricos y poderosos, dan la callada por respuesta.
Sucede que ahora no es tan fácil volver a la sociedad preindustrial para los 6.400 millones. Pasa que el planeta está a punto de llegar a un 50% viviendo en zonas urbanas; que las grandes megápolis son el paradigma de la feria de las bombillitas y que solo existen en tanto en cuanto la sociedad industrial permite mantenerlas encendidas. Lo que sucede es que no es fácil frenar y dar marcha atrás.
Está claro que no hay nada de sostenible en lo que estamos haciendo El consumo de todos esos fósiles ha hecho posible la destrucción de bosques (más del 55% del total mundial), los ha contaminado (más del 30% de los bosques europeos que quedan están medio muertos por la contaminación). Ha erosionado las tierras y las ha destrozado para crear la “revolución verde” con la que decían harían el milagro de alimentar a miles de millones. Han hecho posible que 11 millones de Km2 (el 10% de la superficie total terrestre) hayan sido ocupados para cultivar, lo que no parece mucho, pero eso es porque 70 millones de tractores y cientos de millones de toneladas de fertilizantes químicos y pesticidas, que se producen con energía fósil, ayudan a que solo sea eso, a base de contaminar e intensificar la explotación de las tierras de cultivo. Ello se ha llevado unos 4.000 Km3 de aguas dulces, de los 9.000 km3 de que disponen los seres humanos de forma más o menos accesible. Y muchos de los grandes ríos del mundo bajan muertos. 

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