miércoles, 30 de mayo de 2012

BANKIA SU PROTECTORA LA MONARQUÍA CORRUPTA Y SUS CRIMENES, DESAHUCIANDO, DESAMPARANDO, HUMILLANDO Y DEJANDO EN LA MISERIA A LA MAYORÍA DE LA CIUDADANÍA.


Dice el presidente de Bankia, Goirigolzarri, que no hay que pedir responsabilidades por el agujero de 24.000 millones de euros que nos dejaron sus anteriores dirigentes: 4.465 millones cubiertos con  dinero público en el verano pasado y 19.000 millones de los que nada sabíamos hasta ayer mismo, cuando saltó el escándalo, se hundieron las acciones de la entidad y el Estado tuvo que intervenir para evitar la ruina de centenares de miles de ahorradores. No hay duda de que nos engañaron, no a los mercados internacionales, pero si a los pardillos de aquí dentro, a los que engañaron diciendo que nuestro sistema financiero era el mejor del mundo.
Tras lo ocurrido con Bankia, 2.979 millones de pérdidas en 2011, y no unos supuestos beneficios de 300 millones, es lógico que los inversores y las agencias de -rating- desconfíen de la situación real del resto de nuestros bancos y cajas de ahorros. No hay razón alguna para pensar que la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el gobernador del Banco de España sólo hayan hecho la vista gorda con la emblemática Caja Madrid.
Quizá el nuevo presidente de Bankia haya querido decir que el pasado interesa menos que el futuro, pero el borrón y cuenta nueva en la gestión no excluye las responsabilidades personales y aquí las hay políticas e incluso penales. Lo ocurrido es tan grave para el patrimonio de quienes confiaron en la entidad y para el crédito de nuestro sistema financiero que resulta absolutamente necesario examinar los hechos bajo la lupa del Código Penal. En caso de no constituir delito, habrá que lamentarlo y tipificar pronto esas conductas bastante más reprobables que la práctica del “top manta”, por ejemplo.
El artículo 290 del Código Penal castiga como autor de un delito societario a “los administradores, de hecho o de derecho, de una sociedad constituida o en formación, que falsearen las cuentas anuales u otros documentos que deban reflejar la situación jurídica o económica de la entidad, de forma idónea para causar un perjuicio económico a la misma, a alguno de sus socios, o a un tercero”. Pues bien, en este caso se reflejó documentalmente una situación económica falsa en perjuicio de terceras personas. La posterior intervención del Estado como salvador no afectaría a la comisión de un delito ya consumado. Las infracciones criminales tienen autores, pero pueden también cooperadores necesarios y cómplices. Y hoy, según el artículo 31 bis del Código Penal, las propias -personas jurídicas serán penalmente responsables de los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y en su provecho, por sus representantes legales y administradores de hecho o de derecho-.
La gran alarma social está más que justificada. No cabe pasar página mientras haya el más mínimo vestigio o indicio de que alguien es personalmente responsable de este escándalo con enormes repercusiones a nivel internacional y en el peor momento imaginable. Cuando nuestra prima de riesgo se dispara y cuando nos aproximamos peligrosamente al rescate y a la intervención desde Bruselas. Todo esto se le debemos a la monarquía capitalista y corrupta a la que nos tienen sometidos por la fuerza de las armas.

jueves, 24 de mayo de 2012

ESTA MONARQUÍA ANTIDEMOCRÁTICA CAPITALISTA, LUCHA POR MANTENER A LOS RICOS HACIENDO CADA DÍA MÁS NUMERO DE POBRES Y MÁS POBRES, EN CONTRA DE LOS DERECHOS HUMANOS. PERO HAY VOCES QUE CON MUCHA ÉTICA Y MORAL DICEN, EN LOS FOROS INTERNACIONALES LO QUE LOS PUEBLOS NECESITAN: RESPETAR SU DIGNIDAD Y EL DERECHO A LA IGUALDAD ECONÓMICA.



DAKAR, Senegal, 7 de febrero.— El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acusó a los países ricos de ser insensibles al hambre "de los pobres del mundo", al hablar ante los participantes del XI Foro Social Mundial, que se realizó en esa capital.
Lula intervino en el debate sobre Las Crisis del Sistema Capitalista y de las Civilizaciones, donde señaló que la crisis no ha sido creada por los países pobres y emergentes, sino por "la anarquía de los mercados y la irresponsabilidad de gobernantes capitalistas que no han sabido  ni han querido regularlos", y criticó al FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio.
"Aquellos que con arrogancia nos daban lecciones sobre como gestionar nuestras economías, no han querido evitar la crisis en sus países y en el conjunto de la humanidad, porque así obtienen más beneficios", al discurrir que las naciones antes consideradas como "periféricas" y "problemáticas" hoy "son parte esencial de la solución de la crisis económica, que pasa por abandonar el capitalismo".
Se elogiaron los debates realizados en el marco del Foro Social Mundial, cuya primera edición se realizó en el 2001 en la sureña ciudad brasileña de Porto Alegre, por iniciativa del Partido de los Trabajadores.
"Estas reuniones son nuestra cita con las ideologías que decían que estaban perdidas. En el Foro nos reunimos para decir que otro mundo es posible y necesario. Este es un sueño que no abandonaremos jamás".

miércoles, 2 de mayo de 2012

LOS PILARES QUE SIRVEN DE SOPORTE A LA MONARQUÍA CORRUPTA EN ESPAÑA E IMPIDEN EL ADVENIMIENTO DE LA III REPÚBLICA.



El suyo es un poder que se mide en términos económicos, sí, pero también en términos de tiempo de trabajo y horas de vida de cada uno de nosotros puesto a su servicio.
Las cinco principales entidades bancarias de nuestro país gestionan recursos por valor de 1 billón 261.000 millones de euros de los que más de la mitad de ellos los gestiona solo Botín. Es decir, alrededor de 210 billones de pesetas. O lo que es lo mismo, el doble del PIB español. Un volumen de recursos que no es propiedad suya, pero cuya gestión les otorga el inmenso poder que poseen sobre la vida, y no sólo económica, española. No en vano, la oligarquía bancaria constituye el corazón de la burguesía monopolista española. Bajo su completa hegemonía se articulan, ordenan y jerarquizan el resto de clanes y familias oligárquicas monárquicas o los grandes magnates de la industria y el comercio.
La hiperconcentración del capital bancario vivida en nuestro país durante la década de los 90 ha dado como resultado que dos supercorporaciones, SCH y BBVA, hegemonicen en exclusividad el control sobre el capital financiero español. Juntos suman unos beneficios anuales de un billón de pesetas (5.965 millones de euros). Su poder se extiende al conjunto de la estructura económica del país. Ellos son los que tienen capacidad para conceder, o buscar en los mercados financieros internacionales, los gigantescos empréstitos que necesitan los monopolios para invertir en sus industrias, renegociando sus deudas, avalándolos o buscando inversores para su capitalización. Prestan no sólo a las empresas o a los particulares, también a los Estados para financiar su déficit. A través de organismos e instituciones como el Banco Mundial, el FMI o las reuniones de Davos son el principal vehículo de conexión de la oligarquía española monárquica con los grandes poderes financieros internacionales.
Cualquier reestructuración profunda o reajuste importante en el seno de la clase dominante pasa necesariamente por sus manos; contando con su visto bueno o corriendo el riesgo de enfrentarse a ellos. BBVA y SCH, de manera especialmente intensa este último, han tomado la opción de abandonar progresivamente sus participaciones industriales, no dudando en venderlas al capital extranjero a fin de obtener liquidez para comprar bancos europeos, camino iniciado por Botín con la compra del Abbey británico y en la que parece que están decididos a centrar todos sus esfuerzos.
Sin embargo, tampoco los dos gigantes están al mismo nivel. El BBVA de Francisco González constituye hoy el “eslabón débil” de la cadena del poder financiero y de clase en España, lo que se puso abiertamente de manifiesto con el intento de Sacyr por hacerse con el control del banco, algo que resulta verdaderamente impensable que le ocurra a Botín. Y no porque uno tenga un mayor control accionarial que el otro sobre el banco (ambos son accionistas muy minoritarios, en ese terreno prácticamente irrelevantes). Sino porque, a diferencia de González en el BBVA, Botín sí posee unos sólidos y probados mecanismos de dominio sobre la institución y una eficaz cadena de mando que le asegura su control. Además de disponer de estrechos vínculos de sintonía con el poder político, algo de lo que carece F. González tras la derrota del PP en Andalucía. Una combinación de circunstancias que dejan en el aire la incógnita de si todos los frenéticos movimientos económicos y financieros de los últimos meses no están preparando, de algún modo, las condiciones para un nuevo cambio en la jefatura del banco vasco.
Sólo un tercer grupo, La Caixa, está en condiciones, si no de igualar a los “dos grandes”, sí al menos de acercárseles. Compensando su todavía abrumadora inferioridad en recursos y beneficios con una extensa red de participaciones industriales que le permiten tener el control accionarial, o ser accionistas de referencia, en algunos de los más importantes monopolios españoles. Con la OPA de Gas Natural sobre Endesa, el grupo financiero de La Caixa tendría en sus manos uno de los más importantes holdings energéticos mundiales, dedicado al petróleo (Repsol-YPF), la electricidad (Endesa) y el gas (Gas Natural).
Si estos “tres grandes” son el corazón del poder financiero, la otra cara de la moneda lo constituimos el resto de españoles. El suyo es un poder que se mide en términos económicos, sí, pero también en términos de tiempo de trabajo y horas de vida de cada uno de nosotros puesto a su servicio. En conjunto, los españoles adeudamos a bancos y cajas más de medio billón de euros (casi 100 billones de pesetas). Y esto sólo en concepto de préstamos hipotecarios. Es decir, aquí no están incluidos ni créditos personales ni empresariales, sólo lo que el conjunto de las familias españolas adeudamos a los bancos por poder tener un techo bajo el que vivir. Una deuda, además, que aumenta a un ritmo galopante, con un crecimiento anual de más del 24,7%. Y que, en el breve período de unos pocos años, ha transformado todo el ahorro del que disponían las familias en deuda bancaria, lo que, dicho en otros términos, quiere decir que el dinero ha pasado de nuestros bolsillos a los suyos. Según el último informe de la Fundación de Cajas de Ahorro los españoles debemos a las entidades financieras 193.000 millones de euros más de lo que tenemos depositados en las cuentas bancarias. Una liquidación del ahorro familiar y un exceso de deuda que se ha cuadruplicado en los 3 últimos años.