sábado, 25 de septiembre de 2010

EE.UU Y LA UNIÓN EUROPEA ¿PROGUERRA NUCLEAR EN ORIENTE MEDIO?

 


El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), reunido en Viena, cedió ante las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea, y desaprobó la propuesta de resolución de los países árabes y de otros del Tercer Mundo, que pretendía "exigir a Israel adherirse al Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP) y expresaba preocupación por sus capacidades nucleares".

Por 51 votos en contra, 46 a favor y 23 abstenciones, el documento propuesto por 18 países fue rechazado por el plenario de la 54 Conferencia General del OIEA. Es, sin duda, una decisión peligrosa.

Antes de llegar al momento de emitir el voto, Estados Unidos había enviado de visita a varios países del Oriente Medio a Gary Seymour, principal asesor en temas nucleares de la administración Obama. Su tarea era "convencer a los árabes para que no hicieran la propuesta", cosa que no logró, pero sí pudo contar con el voto siempre fiel de países europeos.

El argumento de Washington no podía ser menos creíble: "de aprobarse esa exigencia a Israel, se pondría en peligro el proceso de negociación con los palestinos".

Resulta demasiado evidente la intención de Washington, de apoyar una vez más a Israel, país con unas 400 bombas nucleares, que no firma el TNP ni permite la visita de inspectores del propio organismo de la ONU.

¿Cómo entender, además, que Estados Unidos diga que la exigencia a Israel estaría en contradicción con el deseo universal de un Oriente Medio libre de armas nucleares?

Y mientras esto sucedía en la capital de Austria, el diario Jerusalén Post informaba que el premier israelí, Benjamín Netanyahu, no ha cambiado sus planes de no prolongar la moratoria a la construcción de asentamientos judíos que finaliza el 26 de septiembre.

Este domingo expira la moratoria, y de no prorrogarse, los colonos podrán comenzar de inmediato con la construcción de 2 066 nuevas viviendas en tierras ocupadas a los palestinos. 

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿ESTÁMOS SEGUROS EN EL PLANETA?. NO.



Más de veinte mil armas nucleares están en manos de ocho países: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, Israel, India y Pakistán; varios de ellos con profundas diferencias económicas, políticas y religiosas.
El nuevo tratado START, suscrito en Praga en el mes de abril entre las mayores potencias nucleares, no implica más que ilusiones, con relación al problema que amenaza a la humanidad.
La teoría del "invierno nuclear", desarrollada y llevada al nivel actual por el eminente investigador y profesor de la Universidad de Rutgers, New Jersey, Dr. Alan Robock —científico modesto que gusta de reconocer los méritos de sus compañeros más que los suyos propios—, ha demostrado su veracidad.
Para ellos la única forma de evitar el uso de las armas nucleares es eliminándolas. El pueblo norteamericano, ubicado en lugar privilegiado del planeta, que le permite disfrutar los más altos niveles de vida y riquezas en el mundo a pesar de los increíbles derroches de recursos no renovables, debiera ser el más interesado en la información que le ofrecen los científicos. ¿Cuánto espacio dedican a esa tarea los medios masivos de comunicación?
La teoría del "invierno nuclear" nos ha enseñado —expresa Robock— que: "Si tales armas no existieran, no podrían ser utilizadas. Y en estos momentos no existe un argumento racional para usarlas en lo absoluto. Si no pueden usarse, es necesario destruirlas y así nos protegeríamos de los accidentes, los errores de cálculo o cualquier actitud demencial".
"... las computadoras que funcionaban con modelos ultramodernos se convirtieron en el único laboratorio de elección, y los acontecimientos históricos —incluidas las ciudades arrasadas por el fuego después de los terremotos y los bombardeos en tiempos de guerra, las columnas de humo de los incendios forestales y las nubes creadas por las erupciones volcánicas— se convirtieron en las piedras de toque de las evaluaciones científicas."
La proliferación de las armas nucleares —en la que Israel, India y Pakistán se han integrado al club nuclear, y otros países, al parecer, aspiran a ser miembros del mismo—, obligó a Robock y sus compañeros a revisar las primeras investigaciones. Los resultados de estos estudios modernos, como ha sido detallado en una serie de artículos publicados recientemente, fueron sorprendentes.
Respecto a los Estados Unidos y Rusia, si bien cada uno se comprometió, en el mes de abril de 2010 en Praga, a reducir su arsenal nuclear operativo hasta aproximadamente 2000 armas, la única forma real de evitar una catástrofe climática global sería eliminar las armas nucleares.
"... cualquier país que en estos momentos esté considerando la vía nuclear necesita reconocer que estaría poniendo en peligro no sólo a sus propias poblaciones sino también al resto del mundo al adoptar esta vía. Es hora ya de que el mundo piense una vez más en los peligros de las armas nucleares, y que esta vez adopte el camino hacia la paz y elimine la posibilidad de una catástrofe climática global inducida por la energía nuclear, por primera vez desde mediados del pasado siglo."
"... el uso de las armas nucleares en caso de un ataque total contra un enemigo sería una acción suicida debido al frío y la oscuridad anómalos provocados por el humo proveniente de los fuegos generados por la bomba. De hecho, se ha evidenciado que mientras más armas nucleares posea un país, menos seguro será."
Albert Einstein dijo: "El poder desencadenado del átomo lo ha cambiado todo excepto nuestras formas de pensar, y es por ello que avanzamos sin rumbo hacia una catástrofe sin precedentes". Carl Sagan había dicho que nuestra política de armas nucleares era "un camino donde ningún hombre pensaba".

viernes, 17 de septiembre de 2010

EE.UU. Y UNIÓN EUROPEA OPUESTOS A QUE SE PIDA QUE ISRAEL FIRME EL TRATADO DE NO PROLIFERACIÓN NUCLEAR.


La Unión Europea y Estados Unidos solicitaron hoy a los países árabes que abandonen su proyecto de resolución pidiendo a Israel que firme el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), reportó AFP.
Durante el cuarto y último día de reunión de los gobernadores del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) en Viena, la UE brindó su apoyo a Washington para oponerse a esta posible resolución, estimando que podría perturbar las actuales negociaciones israelo-palestinas.
Según ellos, este texto relativo al Estado de Israel, considerado como la única potencia nuclear de Oriente Medio, también haría peligrar un proyecto de conferencia en el 2012 en pro de desnuclearizar la región.
Los países árabes miembros del OIEA quieren proponer un proyecto de resolución con carácter obligatorio para que se vote la semana que viene durante la conferencia general anual de la organización.

martes, 14 de septiembre de 2010

¿PRÓXIMA O MENOS PRÓXIMA? LA DESTRUCCIÓN NUCLEAR.


Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteará el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes, y cuyos pájaros no encontrarán el cielo. Las nieves perpetuas cubrirán el desierto del Sahara, la vasta Amazonía desaparecerá de la faz del planeta destruido por el granizo, y la era del rock y de los corazones transplantados estará de regreso a su infancia glacial.
“Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto (…) solo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos.”
Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio seguro a las tres de la tarde del lunes aciago de la catástrofe magna, solo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos. La Creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas.
Esto no es un mal plagio del delirio de Juan en su destierro de Patmos, sino la visión anticipada de un desastre cósmico que puede suceder en este mismo instante: la explosión —dirigida o accidental— de solo una parte mínima del arsenal nuclear que duerme con un ojo y vela con el otro en las santabárbaras de las grandes potencias.
García Márquez pronunció este discurso el 6 de agosto de 1986 en la Conferencia de Ixtapa, México, en el aniversario 41 de la bomba de Hiroshima.
Así es: hoy, 6 de agosto de 1986, existen en el mundo más de 50 000 ojivas nucleares emplazadas. En términos caseros, esto quiere decir que cada ser humano, sin excluir a los niños, está sentado en un barril con unas cuatro toneladas de dinamita, cuya explosión total puede eliminar doce veces todo rastro de vida en la Tierra. La potencia de aniquilación de esta amenaza colosal, que pende sobre nuestras cabezas como un cataclismo de Damocles, plantea la posibilidad teórica de inutilizar cuatro planetas más que los que giran alrededor del Sol, y de influir en el equilibrio del Sistema Solar.
Ninguna ciencia, ningún arte, ninguna industria se ha doblado a sí misma tantas veces como la industria nuclear desde su origen, hace cuarenta y un años, ni ninguna otra creación del ingenio humano ha tenido nunca tanto poder de determinación sobre el destino del mundo.
El único consuelo de estas simplificaciones terroríficas —si de algo nos sirven—, es comprobar que la preservación de la vida humana en la Tierra sigue siendo todavía más barata que la peste nuclear. Pues con el solo hecho de existir, el tremendo Apocalipsis cautivo en los silos de muerte de los países más ricos está malbaratando las posibilidades de una vida mejor para todos.
En la asistencia infantil, por ejemplo, esto es una verdad de aritmética primaria. La UNICEF calculó en 1981 un programa para resolver los problemas esenciales de los 500 millones de niños más pobres del mundo, incluidas sus madres. Comprendía la asistencia sanitaria de base, la educación elemental, la mejora de las condiciones higiénicas, del abastecimiento de agua potable y de la alimentación. Todo esto parecía un sueño imposible de 100 000 millones de dólares. Sin embargo, ese es apenas el costo de 100 bombarderos estratégicos B-1B, y de menos de 7 000 cohetes Crucero, en cuya producción ha de invertir el gobierno de los Estados Unidos 21 200 millones de dólares.
En la salud, por ejemplo: con el costo de diez portaaviones nucleares Nimitz, de los 15 que van a fabricar los Estados Unidos antes del año 2000, podría realizarse un programa preventivo que protegiera en esos mismos catorce años a más de 1 000 millones de personas contra el paludismo, y evitara la muerte —solo en África— de más de 14 millones de niños.
En la alimentación, por ejemplo: el año pasado había en el mundo, según cálculos de la FAO, unos 565 millones de personas con hambre. Su promedio calórico indispensable habría costado menos de 149 cohetes MX, de los 223 que serán emplazados en Europa Occidental. Con 27 de ellos podrían comprarse los equipos agrícolas necesarios para que los países pobres adquieran la suficiencia alimentaria en los próximos cuatro años. Ese programa, además, no alcanzaría a costar ni la novena parte del presupuesto militar soviético de 1982.
En la educación, por ejemplo: con solo dos submarinos atómicos tridente, de los 25 que planea fabricar el gobierno actual de los Estados Unidos, o con una cantidad similar de los submarinos Typhoon que está construyendo la Unión Soviética, podría intentarse por fin la fantasía de la alfabetización mundial. Por otra parte, la construcción de las escuelas y la calificación de los maestros que harán falta al Tercer Mundo para atender las demandas adicionales de la educación en los diez años por venir, podrían pagarse con el costo de 245 cohetes Tridente II, y aún quedarían sobrando 419 cohetes para el mismo incremento de la educación en los quince años siguientes.
Puede decirse, por último, que la cancelación de la deuda externa de todo el Tercer Mundo, y su recuperación económica durante diez años, costaría poco más de la sexta parte de los gastos militares del mundo en ese mismo tiempo.
Con todo, frente a este despilfarro económico descomunal, es todavía más inquietante y doloroso el despilfarro humano: la industria de la guerra mantiene en cautiverio al más grande contingente de sabios jamás reunido para empresa alguna en la historia de la humanidad. Gente nuestra, cuyo sitio natural no es allá sino aquí, en esta mesa, y cuya liberación es indispensable para que nos ayuden a crear, en el ámbito de la educación y la justicia, lo único que puede salvarnos de la barbarie: una cultura de la paz.
A pesar de estas certidumbres dramáticas, la carrera de las armas no se concede un instante de tregua. Ahora, mientras almorzamos, se construyó una nueva ojiva nuclear. Mañana, cuando despertemos, habrá nueve más en los guadarneses de muerte del hemisferio de los ricos. Con lo que costará una sola alcanzaría —aunque solo fuera por un domingo de otoño— para perfumar de sándalo las cataratas del Niágara.
Un gran novelista de nuestro tiempo se preguntó alguna vez si la Tierra no será el infierno de otros planetas. Tal vez sea mucho menos: una aldea sin memoria, dejada de la mano de sus dioses en el último suburbio de la gran patria universal. Pero la sospecha creciente de que es el único sitio del Sistema Solar donde se ha dado la prodigiosa aventura de la vida, nos arrastra sin piedad a una conclusión descorazonadora: la carrera de las armas va en sentido contrario de la inteligencia.
Y no solo de la inteligencia humana, sino de la inteligencia misma de la naturaleza, cuya finalidad escapa inclusive a la clarividencia de la poesía. Desde la aparición de la vida visible en la Tierra debieron transcurrir 380 millones de años para que una mariposa aprendiera a volar, otros 180 millones de años para fabricar una rosa sin otro compromiso que el de ser hermosa, y cuatro eras geológicas para que los seres humanos, a diferencia del bisabuelo pitecántropo, fueran capaces de cantar mejor que los pájaros y de morirse de amor.
No es nada honroso para el talento humano, en la edad de oro de la ciencia, haber concebido el modo de que un proceso milenario tan dispendioso y colosal, pueda regresar a la nada de donde vino por el arte simple de oprimir un botón.
Para tratar de impedir que eso ocurra estamos aquí, sumando nuestras voces a las innumerables que claman por un mundo sin armas y una paz con justicia. Pero aún si ocurre —y más aún si ocurre—, no será del todo inútil que estemos aquí. Dentro de millones de millones de milenios después de la explosión, una salamandra triunfal que habrá vuelto a recorrer la escala completa de las especies, será quizás coronada como la mujer más hermosa de la nueva creación. De nosotros depende, hombres y mujeres de ciencia, hombres y mujeres de las artes y las letras, hombres y mujeres de la inteligencia y la paz, de todos nosotros depende que los invitados a esa coronación quimérica no vayan a su fiesta con nuestros mismos terrores de hoy.
Con toda modestia, pero también con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad.
Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuán sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta fuera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del Universo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

EL SÍNDROME DEL CAPITALISMO

  
   La obsesión por mantenerse en el error, los capitalistas, durante tantos siglos; cuyo error consiste en que, el sistema capitalista aberrante que impera en occidente y muy pronto, si no se curan, llegará a estar globalizado; ha perjudicado y está perjudicando a la Humanidad y al planeta. Cuyas pruebas los constituyen: la escased de recursos naturales, tales como el petroleo y el carbón; la contaminación de las aguas; la desaparición de especies por superexplotación de los mares etc. Estas pruebas acreditan que, la persistencia y agravamiento de las mismas, y una vez conocidos sus efectos; objetivamente, puede decirse que constituyen un síndrome.
    ¿Quién lo padece?. Es un trastorno de los capitalistas, cuya filosofía recogida en los ordenamientos jurídicos de los países de occidente, tanto de origen sajón como de origen romano, se manifiesta por actitudes y actuaciones que pretenden hacerse ricos, individualmente. Ser más ricos que los demás y conseguirlo en el menor tiempo posible. Lo que implica ser los mayores depredadores de los recursos naturales del planeta, y, para conseguirlo, necesariamente, tienen que hacer una inmensa mayoría de pobres y cada vez más pobres, que, son a los que no les dan empleo y los que trabajan para mantener a ese pequeño número de ricos que cada vez quieren ser más ricos a costa, como digo, de generar más pobres, hambre, miseria y enfermedades.
    Al ser el capitalismo un modelo agotado que ha producido la mayor degradación del planeta en el menor número de años, y, persistir, los capitalistas, en su idea de hacerse cada vez más ricos, individualmente, a sabiendas de que son un perjuicio constante para la Humanidad y para el planeta. Los sitúa como sufridores de un trastorno, cuya enfermedad si no se trata adecuadamente aceptando que el ser iguales, economicamente, para disfrutar de los recursos del planeta, adecuadamente, todos y cada uno de los humanaos, manteniendo el poder de regeneración de los recursos naturales por el planeta, de los que, los trastornados, hoy, disfrutan mayoritariamente, en perjuicio de los demás ciudadanos. No importándoles lo que pueda suceder en el futuro con la Humanidad y con el planeta, pués, su falta de raciocinio y sobra de egoismo y ambición, les produce el síndrome, de tal magnitud que, han conseguido en un periodo de años muy corto someter a la Humanidad y al planeta a los mayores perjuicios que ha sufrido en toda su história. Me viene a la memoria la depresión del año 1929; las crisis sucesivas del petróleo, antes de 1973 y después de 1973. La gran depresión del año 2007 producida por las entidades finacieras etc. Todos estos indicadores  dejan de manifiesto lo que son los síntomas de aquellos que padecen síndrome del capitalismo, y que son, los que tienen el poder fáctico de este planeta. Que ponen y quitan gobiernos a gusto y modo, con el fin de hacerse cada vez más ricos y, cuando, en su ambición producen recesiones, crisis y depresiones económicas, los gobiernos de turno se ponen a su disposición dándoles todo el dinero público que pidan para manter su riqueza, lo cual, genera mayor número de pobres y cada vez más pobres.
     Estos trastornados, tienen unos aliados que les favorecen mantener su filosofía del capitalismo aberrante. Y son las organizaciones no gubernamentales (ONGs), pues, se puede entender facilmente que, para solucionar cualquier problema, lo que hay que conseguir es anular la causa que lo produce, no paliar sus efectos. Pués las ONGs, lo que hacen es proporcionar satisfacer una mínima parte de las necesidades que a los empobrecidos por los ricos les producen éstos. Voy a explicarme con una metáfora: El capitalismo puede compararse con una garrafa de aceite rota que va perdiendo aceite por un pequeño agujero y va manchando por donde pasa. Lo que hacen las ONGs es limpiar el aceite que cae al suelo, o sea, paliar sus los efectos del capitalismo aberrante -garrafa de aceite rota-. En lugar de anular la causa, tapando el gujero por el que pierde aceite la garrafa, para impedir que siga vertiendo aceite -generar más pobres-. O sea, anular la causa para no tener que paliar el efecto. Pues mientras no se anule la causa, el capitalismo aberrante, seguirá generando más número de pobres y más pobres, y, las ONGs seguiran paliando el efecto; con cuya actitud ayudan a que el sídrome del capitalismo siga afectando a más ciudadanos. Y, la filosofía del capitalismo aberrante o sídrome del capitalismo, seguirá trastornando a más ciudadanos con la consiguiente degradación del planeta, al no respetar el equilibrio entre uso y disfrute de los recursos naturales del planeta y la capacidad de regereación del mismo de estos recursos. Lo que está directamente relacionado con el crecimiento demográfico. Cuyo crecimiento le interesa a los capitalistas mantenerlo, para, tener un stock de mano de obra desempleada y conseguir así pagar salarios más bajos.