jueves, 6 de enero de 2011

LOS CAPITALISTAS MÁS ABERRANTES DE EE.UU PRESIONAN PARA MANTENER EL SISTEMA CAPITALISTA AÚN A COSTA DE CAUSAR MÁS PERJUICIO A LA HUMANIDAD Y SEGUIR DEPREDANDO EL PLANETA.


Wall Street y Washington también tienen un gran interés en este asunto. La administración ejerció una enorme presión para reunir el rescate de billones (millones de millones en USA) de dólares.
El presidente Barack Obama estuvo en el teléfono con la primera ministra alemana Angela Merkel, presionándola para que renunciara a su oposición del rescate. La capital alemana tiene que ser un prestamista importante bajo el plan.
Obama también estuvo en contacto telefónico con el presidente francés, Nicolás Sarkozy. El vicepresidente Joseph Biden se reunió con el Primer Ministro español José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, presionó a los ministros de finanzas, mientras que la Reserva Federal se comprometió a suplir dólares a varios bancos centrales europeos en un intercambio de monedas para que pudieran hacer los pagos en dólares, si fuera necesario.
La urgencia de la intervención de Washington se presentó por el hecho de que bancos de EEUU tienen $3,6 billones expuestos en los bancos europeos, incluyendo $1 billón en Francia y Alemania y $200 miles de millones en España, según el Bank for International Settlements. Una cadena de incumplimientos de pago originados por el incumplimiento de Grecia y de otros gobiernos pondría en peligro los bancos de EEUU y podrían ocasionar una nueva crisis financiera en Wall Street.
Además, un colapso económico en Europa podría golpear a las corporaciones estadounidenses que exportan a esos países. Más de una cuarta parte de las ganancias de las 500 principales empresas del índice Standard & Poor’s provienen de las exportaciones — muchos de ellas a Europa. Así que la presión para este rescate por parte de la administración Obama no era para salvar a Europa, sino para salvar a Wall Street y a los grandes industrialistas de los EEUU.
Al final de esta cadena financiera están los/as trabajadores/as. Los bancos han estado sangrando a los gobiernos de la Europa meridional. Esto significa el sangrado de los/as trabajadores/as que crean la riqueza y el valor que va al tesoro de los gobiernos y termina siendo pagado en intereses. Los gobiernos capitalistas son conductos para la transferencia de riquezas de los/as trabajadores/as hacia los banqueros.
Ahora que los gobiernos están en una situación de deuda insostenible, los banqueros quieren que los gobiernos de Grecia, Portugal y España recorten aún más a la clase obrera como precio del rescate.
Mientras que los bancos en Europa y en EEUU siguen cosechando cientos de miles de millones en ganancias, el desempleo en Grecia está oficialmente alrededor del 10 por ciento. Igual en Portugal y alrededor del 20 por ciento en España. Esta es la cifra oficial de desempleo, lo que significa que, como en EEUU, la cifra está muy por debajo del desempleo real. Esta es una crisis para la clase obrera y los patronos quieren empeorarla.
Eso es lo que está impulsando la heroica y pertinaz resistencia de la clase trabajadora griega que ha salido a las calles para detener los ataques a sus pensiones, a su fecha de jubilación, a sus salarios y a su nivel de vida.
De hecho, el plan de rescate griego estaba destinado a detener el contagio de una quiebra financiera y una crisis económica. Pero también tenía por objetivo evitar el contagio de la lucha de clases, lo que fácilmente podría crecer entre las clases obreras militantes del sur de Europa.
La clase trabajadora griega luchó contra la ocupación nazi y la contrarrevolución respaldada por Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial. Cuando las colonias africanas y asiáticas de Portugal estaban luchando y ganando su libertad, la clase obrera de Portugal estaba metida en un levantamiento revolucionario que llegó al borde de una revolución proletaria en 1974. Los/as trabajadores/as en España lucharon contra el régimen fascista de Franco y llevaron a cabo una heroica resistencia clandestina durante décadas.
Estos tres países constituyen las partes más pobres, más clasistas, y más militantes de Europa. Una lucha en el sur podría fácilmente extenderse hacia el norte, donde los/as trabajadores/as han estado bajo constante presión de las clases gobernantes de Alemania, Francia y Bretaña.

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