miércoles, 2 de mayo de 2012

LOS PILARES QUE SIRVEN DE SOPORTE A LA MONARQUÍA CORRUPTA EN ESPAÑA E IMPIDEN EL ADVENIMIENTO DE LA III REPÚBLICA.



El suyo es un poder que se mide en términos económicos, sí, pero también en términos de tiempo de trabajo y horas de vida de cada uno de nosotros puesto a su servicio.
Las cinco principales entidades bancarias de nuestro país gestionan recursos por valor de 1 billón 261.000 millones de euros de los que más de la mitad de ellos los gestiona solo Botín. Es decir, alrededor de 210 billones de pesetas. O lo que es lo mismo, el doble del PIB español. Un volumen de recursos que no es propiedad suya, pero cuya gestión les otorga el inmenso poder que poseen sobre la vida, y no sólo económica, española. No en vano, la oligarquía bancaria constituye el corazón de la burguesía monopolista española. Bajo su completa hegemonía se articulan, ordenan y jerarquizan el resto de clanes y familias oligárquicas monárquicas o los grandes magnates de la industria y el comercio.
La hiperconcentración del capital bancario vivida en nuestro país durante la década de los 90 ha dado como resultado que dos supercorporaciones, SCH y BBVA, hegemonicen en exclusividad el control sobre el capital financiero español. Juntos suman unos beneficios anuales de un billón de pesetas (5.965 millones de euros). Su poder se extiende al conjunto de la estructura económica del país. Ellos son los que tienen capacidad para conceder, o buscar en los mercados financieros internacionales, los gigantescos empréstitos que necesitan los monopolios para invertir en sus industrias, renegociando sus deudas, avalándolos o buscando inversores para su capitalización. Prestan no sólo a las empresas o a los particulares, también a los Estados para financiar su déficit. A través de organismos e instituciones como el Banco Mundial, el FMI o las reuniones de Davos son el principal vehículo de conexión de la oligarquía española monárquica con los grandes poderes financieros internacionales.
Cualquier reestructuración profunda o reajuste importante en el seno de la clase dominante pasa necesariamente por sus manos; contando con su visto bueno o corriendo el riesgo de enfrentarse a ellos. BBVA y SCH, de manera especialmente intensa este último, han tomado la opción de abandonar progresivamente sus participaciones industriales, no dudando en venderlas al capital extranjero a fin de obtener liquidez para comprar bancos europeos, camino iniciado por Botín con la compra del Abbey británico y en la que parece que están decididos a centrar todos sus esfuerzos.
Sin embargo, tampoco los dos gigantes están al mismo nivel. El BBVA de Francisco González constituye hoy el “eslabón débil” de la cadena del poder financiero y de clase en España, lo que se puso abiertamente de manifiesto con el intento de Sacyr por hacerse con el control del banco, algo que resulta verdaderamente impensable que le ocurra a Botín. Y no porque uno tenga un mayor control accionarial que el otro sobre el banco (ambos son accionistas muy minoritarios, en ese terreno prácticamente irrelevantes). Sino porque, a diferencia de González en el BBVA, Botín sí posee unos sólidos y probados mecanismos de dominio sobre la institución y una eficaz cadena de mando que le asegura su control. Además de disponer de estrechos vínculos de sintonía con el poder político, algo de lo que carece F. González tras la derrota del PP en Andalucía. Una combinación de circunstancias que dejan en el aire la incógnita de si todos los frenéticos movimientos económicos y financieros de los últimos meses no están preparando, de algún modo, las condiciones para un nuevo cambio en la jefatura del banco vasco.
Sólo un tercer grupo, La Caixa, está en condiciones, si no de igualar a los “dos grandes”, sí al menos de acercárseles. Compensando su todavía abrumadora inferioridad en recursos y beneficios con una extensa red de participaciones industriales que le permiten tener el control accionarial, o ser accionistas de referencia, en algunos de los más importantes monopolios españoles. Con la OPA de Gas Natural sobre Endesa, el grupo financiero de La Caixa tendría en sus manos uno de los más importantes holdings energéticos mundiales, dedicado al petróleo (Repsol-YPF), la electricidad (Endesa) y el gas (Gas Natural).
Si estos “tres grandes” son el corazón del poder financiero, la otra cara de la moneda lo constituimos el resto de españoles. El suyo es un poder que se mide en términos económicos, sí, pero también en términos de tiempo de trabajo y horas de vida de cada uno de nosotros puesto a su servicio. En conjunto, los españoles adeudamos a bancos y cajas más de medio billón de euros (casi 100 billones de pesetas). Y esto sólo en concepto de préstamos hipotecarios. Es decir, aquí no están incluidos ni créditos personales ni empresariales, sólo lo que el conjunto de las familias españolas adeudamos a los bancos por poder tener un techo bajo el que vivir. Una deuda, además, que aumenta a un ritmo galopante, con un crecimiento anual de más del 24,7%. Y que, en el breve período de unos pocos años, ha transformado todo el ahorro del que disponían las familias en deuda bancaria, lo que, dicho en otros términos, quiere decir que el dinero ha pasado de nuestros bolsillos a los suyos. Según el último informe de la Fundación de Cajas de Ahorro los españoles debemos a las entidades financieras 193.000 millones de euros más de lo que tenemos depositados en las cuentas bancarias. Una liquidación del ahorro familiar y un exceso de deuda que se ha cuadruplicado en los 3 últimos años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Luis: Admiro tus conocimientos d e economía y sobre todo ded la gran Banca. Tienes razón en lo que dices, pero hay una cosa que no dices sobre Botín y es que tiene la mejor y mayor Red Comercial de España y esoi le da un enorme poder, agrandado por la enorme presión que sobre empleados, Apoderados y Directores ejerce.

Las fotos muy buenas. Otra más del Móvil de Barcelona, con José Luis y tu en primer plano. Dos Polillas.
Las fotos submarinas, muy, muy buenas, se nota que haces deporte.

Un fuerte abrazo